Las fotografías y los videos tomados por la Dirección de Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional de Colombia se manejarán de acuerdo con la Ley 1581 de 2012 de Protección de Datos Personales, y la Política de Tratamiento de Datos Personales de la Universidad Nacional de Colombia. Las fotografías y los videos se usarán para divulgar la memoria gráfica de los eventos, en la página web y redes sociales de la Dirección de Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional de Colombia.

La Universidad Nacional de Colombia, identificada con NIT 899.999.063, como responsable del tratamiento de información de datos personales, informa a todos los titulares que estos serán tratados de acuerdo con la Ley 1581 de 2012. Los datos de carácter personal recolectados por la Dirección de Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional de Colombia por medio de fotos, videos, formatos físicos o a través de medios digitales, se encuentran bajo medidas que garantizan la seguridad, confidencialidad e integridad, y su tratamiento se realiza bajo nuestra Política de Datos Personales, la cual podrá consultar en nuestra página web unal.edu.co.

La Universidad Nacional de Colombia, no se hace responsable sobre el uso indebido de imágenes, videos, o información de datos personales, realizada por terceros que no cuenten con la autorización del titular. Puede ejercer sus derechos como titular de conocer, actualizar, rectificar y revocar las autorizaciones dadas a las finalidades aplicables para el desarrollo de las relaciones laborales, académicas, contractuales y todas las demás relacionadas con el objeto social de la Universidad Nacional de Colombia, a través de los siguientes canales:

Oficina de correspondencia: Comunicación dirigida al Oficial de Protección de Datos Personales; Dirección: Carrera 45 # 26-85 Edif. Uriel Gutiérrez Bogotá D.C., Colombia – 5 Piso – Oficina 566

Correo electrónico: protecdatos_na@unal.edu.co.

Teléfono: (+571) 3165000 – Ext. 18407.

PROGRAMA

 

 

» Wolfgang Amadeus Mozart — Sinfonía n.º 35, KV 385
» Johann Baptist Vanhal — Concierto para dos fagotes en Fa
» Maurice Ravel — Daphnis et Chloé. Suite n.º 2

En su trabajo conjunto por la música, la Orquesta Filarmónica de Bogotá y el Auditorio León de Greiff UNAL presentaron

LA VIRTUD DE MOZART, LA VERSATILIDAD DE VANHAL Y LA MAGIA DE RAVEL

Solistas: Pedro Salcedo y Johnattan Saldarriaga — fagot
Director: Rubián Zuluaga

Más de 40 años de cooperación por la música entre la Orquesta Filarmónica de Bogotá y el Auditorio León de Greiff UNAL

Share on facebook
Share on twitter

La Orquesta Filarmónica de Bogotá y el Auditorio León de Greiff UNAL en su trabajo conjunto por la música presentaron este concierto con obras de Wolfgang Amadeus Mozart, Johann Baptist Vanhal y Maurice Ravel.

Notas al programa

Por: Carolina Conti

Después de una etapa de conflictos y sinsabores con el arzobispo de Salzburgo, Wolfgang Amadeus Mozart se trasladó a Viena en 1781 con la idea de vivir de su arte sin depender de un patrón. No fue fácil. Tuvo que trabajar arduamente como profesor y compositor. Por ese entonces retomó la composición de su “Misa en do menor”, compuso un rondó para violín y orquesta, otro para trompa y orquesta, dos serenatas y la ópera “El rapto en el serrallo”, entre otras obras.

La cantidad de trabajo y los preparativos para su matrimonio con Constanze Weber, ocupaban todo su tiempo. En esos agitados días, recibió una carta de su padre pidiéndole una obra para la ilustre familia Haffner de Salzburgo, amigos de los Mozart y para quienes, años antes, había compuesto la “Serenata en Re mayor K. 250 Haffner”. El motivo esta vez era el otorgamiento de un título nobiliario al joven Sigmund Haffner, amigo de infancia de Mozart.

El compositor no tuvo más remedio que acceder y empezar a componer. A medida que escribía cada movimiento, lo enviaba a su padre y luego se olvidaba de la obra. Así nació la “Sinfonía No. 35 en Re Mayor K 385” que se conoce como “Haffner”. Meses más tarde volvió sobre ella, hizo algunos ajustes y la presentó el 22 de marzo de 1783 en Viena con gran éxito. Esta obra inicia el periodo más maduro del repertorio sinfónico de Mozart.

También en Viena vivió Johann Baptist Vanhal, uno de los más reconocidos músicos de su época. El compositor, violinista y profesor checo llegó a la capital musical de Europa en 1760 donde realizó la mayor parte de su carrera con éxito, y donde se convirtió en uno de los primeros compositores en trabajar independientemente.

Allí tuvo contacto con Dittersdorf, Haydn y Mozart. Varios testimonios dan cuenta del cuarteto de cuerdas conformado por Vanhal y los compositores mencionados. El estilo de Vanhal representa un puente entre el barroco y el clasicismo temprano. Compuso sinfonías, obras de cámara, obras sacras y para piano que contribuyeron al desarrollo del llamado ‘estilo vienés’ así como a la consolidación de la sinfonía y la forma sonata.

En la última etapa de su vida, Vanhal dejó de componer sinfonías y cuartetos de cuerda para concentrarse en la creación de piezas para teclado, muy apreciadas por el público aficionado. Entre sus obras más conocidas están sus conciertos para diversos instrumentos como contrabajo, teclado, violín, oboe, flauta, violonchelo, órgano. Uno de los más divulgados hoy en día, es el “Concierto para dos fagotes en fa”, aunque existen dudas sobre su autoría.

En 1909 el gran empresario de los Ballets Rusos, Serguéi Diághilev, le pidió a Maurice Ravel la música para “Daphnis et Chloé”, un ballet ideado por el coreógrafo Michel Fokine e inspirado en una antigua leyenda pastoral escrita por Longo, poeta griego del siglo IV.

Ravel aceptó el encargo, y empezó a componer lo que llamó una ‘sinfonía coreográfica en tres partes’ basada en la historia de la ninfa Chloé, amada por el fauno Daphnis. La joven es secuestrada por una banda de piratas que ha invadido Grecia, y en su desesperada búsqueda, Daphnis se desploma cerca de una gruta consagrada al dios Pan, quien finalmente propicia el rescate. El proceso de composición no fue nada fácil y le tomó a Ravel más tiempo del esperado. El estreno, el 8 de junio de 1912, no tuvo éxito, pues no se realizaron suficientes ensayos. Por otro lado, los bailarines y músicos encontraron la obra muy difícil de interpretar y, además, fue opacada por el estreno del “Preludio a la siesta de un fauno” de Debussy, con la escandalosa coreografía de Nijinsky, que por esos días tuvo lugar en París.

Ravel extrajo de la música para el ballet dos suites orquestales. Hoy escuchamos la segunda de ellas. Sobre su obra, Ravel expresó: “Mi intención era componer un fresco musical amplio, menos preocupado por los arcaísmos que por la fidelidad a la Grecia de mis sueños, que se asemeja voluntariamente a la imaginada y dibujada por los artistas franceses de finales del siglo XVIII. La obra está construida sinfónicamente según un plan tonal muy riguroso, a través de un número reducido de motivos cuyos desarrollos aseguran la homogeneidad sinfónica”.

– – – – – –

Notas cortesía de la Orquesta Filarmónica de Bogotá

GALERÍA