2404 Variación sobre El Purgatorio No. 4

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  José Alejandro Restrepo
 2011 / S. XXI
  Video instalación sonora
  12 m x 5,6 m
  Documentos sonoros: Monseñor Crisanto Luque, Salvatore Mancuso, alias “Ernesto Báez”, Álvaro Uribe Vélez, alias “H.H”, alias “Karina”, Carlos Castaño, alias “Tijeras”. Diseño sonoro: Alejandro Upegui.

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 Obra de la Colección de Arte del Museo de Arte UNAL

¿Quienes son ustedes? ¿Quién los guía para salir de esta noche tan profunda?

Dante


En esta obra la reducción de penas se ofrece en un expiatorio/purgatorio contemporáneo. El agua, elemento de purificación (el fuego no es el único), es la imagen de una piscina que se proyecta en la sala. En ella entran las almas que circulan, rondan y esperan mientras en transmisiones de audio, de las declaraciones de los líderes militares, paramilitares, guerrilleros, obispos, delincuentes varios y las intervenciones presidenciales se mezclan en una mixtura de “perdones”: la expiación se logra mediante la exposición-transmisión pública, en un espectáculo calculado (no sólo los políticos y los periodistas siguen el texto del telepronter), en una puesta en escena.

“El rito de la ejecución exigía, pues, que el condenado proclamara por sí mismo su culpabilidad mediante la retractación pública que pronunciaba, el cartel que exhibía y las declaraciones que sin duda lo obligaban a hacer…”
Foucault, Michel. Vigilar y Castigar, ed. Siglo veintiuno. Buenos Aires Pág. 78.

Pero el simulacro del artefacto-purgatorio se revela en la transposición, en la reiteración de las voces que piden perdón, agolpándose unas sobre otras, pura síncopa de ritmos que expone a la luz “lo que habla y actúa”. Ya no se trata del suplicio, pero sí del “discurso del patíbulo”, esta vez para justificar, con la búsqueda del perdón, la rebaja, negociación y renegociación de penas o la absolución total.

Así, del espectáculo resulta una verdad-imagen verdad-técnica, ejemplar y económica: las escenas del perdón-artefacto se compactan en una secuencia que ocupa, fracturada, las franjas de la programación televisiva. Ya no se requiere de una costosa ciudad punitiva (sueño de los reformadores del siglo XIX) llena de parques-prisión a donde las familias asistan, durante el paseo dominical, al inventario espectacular de los castigos ejemplares. Basta con el documental sobre la cárcel, con la entrevista al asesino de niños, con la versión libre del ilustre asesino encorbatado, que en su paso por el purgatorio tiene contacto con el agua que purifica, en la piscina, en el spa del sistema judicial colombiano: “Todo lo que antes se vivía, se aleja ahora en una representación” La sociedad mediática se mueve, pero el cuerpo no. Ahora, más que nunca, las penas -¿penas-artefacto?- saltan “sin cesar a los ojos de los ciudadanos”.


Parte de la exposición: VARIACIONES SOBRE EL PURGATORIO (2011) en el Museo de Arte UNAL / Exposición comisionada y producida por la Universidad Nacional de Colombia. Curaduría de Andrés García La Rota, museografía de María Belén Sáez de Ibarra.